miércoles, 14 de enero de 2015

Retrato de una vendedora de ropa

"Y yo te digo, boluda, que no es fácil ser la encargada, porque después todos te odian porque, no sé, llevas la cuenta de las llegadas tardes, y cuando una llega tarde, pum, te dicen de todo, de por qué me ponés a mí si vos llegás peor de tarde, y vos a vos misma no te decís nada, y seguro que ni te anotas. Pero qué sé yo, la peor es Romina. Todo bien con que esté embarazada, pero falta sin avisar y no sé qué. O sea, el otro día llamo al local a ver si estaba todo bien y me dicen que la mina se había ido. Después hablé con ella y estaba en el médico, ¿viste?, pero ni avisa. O sea, en el local, a mí, un llamadito, un mensaje, un whatsapp. Nada, ¿entendés?, ni que pudiéramos adivinar a dónde va. Además, la excusa es que está embarazada, y, a ver, está de dos o tres meses, que no joda. Ni que tuviera panza o algo así. Yo estoy igual que ella, así que no sé. Y no puedo pedir que la echen, ¿viste? aunque ya viene haciendo quilombo hace rato, porque está embarazada... ¡Hola! Cualquier cosita, pregúnteme."
Adentro sólo se escuchaba el lejano ritmo del tren sobre las vías, ese tutú tutú pegadizo que le produce un bonito escalofrío a cualquiera que lleve largo rato esperándolo. Como casi sombrío podría describirse el ambiente de oscuridad pegajosa y sentidos raídos, tal vez roto por el tenue reflejo de la luna disfrazada de smog que pegaba de lleno en la heladera. Era como la imagen del nihilismo en su máximo esplendor, pero un poco menos grisácea y con sal.

"¿Qué te decía? Ah, sí, bueno, lo de Mateo. Porque, no sé, estaban jodiendo por el grupo de los amigos con que iban a salir a no sé dónde, pero no sé dónde tipo loma del orto, ¿me entendés? Se las dan de piratas, y, o sea, ¡no! Y al final dicen, no, algo de la quinta de fulano. O sea, ¡Empezaron a organizar una joda! Y dicen, y, habría que pagar una combi o algo así para llevar minas, y se pusieron hablar de dos gemelas, que, o sea, viste que yo no soy de acá pero conozco por el tema de los locales, y a esas dos ya las conozco. O sea, conozco pocas hemanas gemelas, y encima, bueno, así de putas. No sé, ¿viste? yo no le puedo decir nada. O sí, porque él me dijo que dejara de salir con Bau, Fran, y los chicos, porque decía que eran muy descontrolados y no sé qué. Así que, bueno, a él le molestaba y yo lo dejé de hacer, y ves que no salí nunca más con los chicos, ellos. El tema es que él no quiere quedar como re pollera. La verdad es que cada uno hace lo que quiere en la relación, ¿viste? Pero me re jodía que estuviera el whatsapp, abierto, sonando todo el día por esos pelotudos. Bueno, si él sale ahí con minas, yo también voy a salir. No sé, porque... Sí, ¿el blanco? Pase por el probador dos, no hay ningún problema. Espere que le cierro la puerta. Cualquier cosa, me avisa."
No había luz, ese era el problema; sin embargo, se sabe que iluminado o no, el lugar igual se vería igual de hueco y frívolo, amoblado tan antiestéticamente, aislado por varios tipos de cortinas que se cernían delante de las ventanas, con pedantería y soberbia. Todo era demasiado nada, quizás porque los anaqueles del librero estaban, irónicamente, llenos de revistas amarillistas de habladurías de la farándula, o quizás porque todo se caía a pedazos excepto el televisor, reluciente de limpio y contrastando con su negro brillantísimo la capa de polvillo gris de mugre que cubría todo lo demás.
"Ay, el otro día iba caminando por la calle y un pibe me dice: "Se te cayó un papel" y yo, o sea, lo dijo tan serio que pensé que iba enserio y me di vuelta, y me dice: "El que te envuelve, bombón". ¿Entendés? Me re cagó el pibe, porque ya nadie cae en esas grasadas. Pero qué sé yo, me re cagó. Igual el pibe era lindo, ¿viste? Por ahí se quería hacer el gracioso cosa que yo le dé bola, pero, o sea, ni que fuera tan fácil, digo, me dijo algo por la calle, qué le iba a decir, yo. Por ahí salga el finde y lo vea en el boliche, viste que te encontrás a todo el mundo en el boliche por acá, pero a Mateo, no. Y más vale que tampoco a Romina, que el hijo que ni nació la jode tanto que no puede venir a trabajar, menos al boliche. ¿Y? ¿Cómo le fue? Ah, genial, ¿es para regalo? Sí, ¿vio qué bien que calza?."

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